Mi hermana

Irene

Irene

Crecí en una casa llena de creatividad, donde se trabajaba mucho con las manos. Con 7 años empecé en una escuela de costura donde aprendí a bordar.

Ya de mayor me puse a trabajar con papel maché, con el que estuve experimentando y disfruté mucho de realizar disfraces para mis hijos. Mas tarde descubrí el macramé, lo que ha supuesto una actividad muy relajante porque dejo de pensar y con mi mente en quietud me dedico a anudar.

Me cuesta mucho seguir un patrón, repetir los modelos, lo que realmente disfruto es la creación, mezclar y utilizar diferentes tejidos y texturas. Tengo la idea en mi mente y no dibujo, sino que voy haciendo y deshaciendo hasta conseguir llegar a mi meta. La repetición no me estimula, por lo que cada pieza que hago es única, un hacer y deshacer especial e irrepetible.