Decenas de pequeños pueblos blancos, de empinadas y estrechas calles empedradas, conforman esta comarca privilegiada, que se esparce por la vertiente Sur de Sierra Nevada. Aislada durante siglos por las montañas, la Alpujarra ofrece al visitante tierras casi vírgenes por recorrer, la posibilidad de disfrutar de sus peculiares fiestas, conocer su complejo pasado, degustar su contundente gastronomía serrana y apreciar la hospitalidad de sus gentes sencillas. Habitada por fenicios y romanos, fueron los ocho siglos de dominación árabe los que le dieron su arquitectura, su sistema de regadíos, su cocina y hasta su nombre.